Lo que sucede conviene

Lo que sucede conviene resume el resultado de una tarde de tertulia con mi querida amiga Elena Pérez, coach, formadora, y CEO en Cocreandot. Frase que me vino de repente a la mente cuando pensé en escribir un post sobre lo importante y necesario que es que los profesionales de la psicología realicemos nuestro propio proceso de autoconocimiento, antes de acompañar a otros en su proceso terapéutico. 

En mi paso por la facultad de psicología el estudio sobre el análisis de la conducta y los procesos mentales de los individuos y de grupos humanos en distintas situaciones, lo hacíamos desde la observación o la comprensión del otro, pero no desde nuestra experiencia de vida. Fue al cabo de los años que movida por la inquietud de mirar hacia mi interior y conocerme empecé a indagar en otros conocimientos de otras escuelas.

Hendrie Weisinger, uno de los expertos en inteligencia emocional, dijo en una ocasión que “la clave para gestionar a otros de manera efectiva es manejarse uno mismo primero; cuanto más conoces de ti mismo, más puedes relacionarte con los demás desde una posición de confianza, seguridad en ti mismo y fortaleza”.

Esta aportación de Weisinger define mi autodescubrimiento en mi propio proceso de autoconocimiento, donde me fui dando cuenta de mis fortalezas, de mis limitaciones, de mis mecanismos de defensas, de mí cóctel molotov emocional, de mis autojustificaciones que me daban un alivio para seguir en el camino, pero que con el paso del tiempo dejaban de hacer su función, de la utilidad de mis miedos, de mi estructura de carácter o de mis movimientos de autorescate.

Este autoconocimiento, me permitió desarrollar mis propias capacidades de conocimiento y comprensión, favoreciendo la relación de carácter a carácter, no desde nuestras corazas, porque desde ahí, desde un estado en el que no se propicia el contacto con uno mismo, difícilmente se puede alcanzar la empatía. Es desde el “conocimiento de mí”, donde adquirimos la capacidad de acercarnos al “conocimiento de ti”. El saber de mis capacidades, de mis virtudes, de mis frustraciones, de mis limitaciones me hace estar próximo a las tuyas, esto es básico para el desarrollo de la empatía.

Este reencuentro conmigo, mi descubrimiento y autoconocimiento, ha marcado un antes y un después en cómo me relaciono conmigo y con los otros. Descubrimiento que me permite acompañar desde la empatía, la comprensión y la compasión, no entendiendo la compasión desde el sentimiento de tristeza que genera en mí su dolor, sino desde la ayuda afectiva que me motiva a aliviar juntos ese sufrimiento, porque en mí proceso de aprendizaje comprendí que, si bien el dolor existe, el sufrimiento es opcional. Como bien dijo Carl Jung, “Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad”.

Y así fue como una inquietud personal me fue llevando poco a poco a un extraordinario y enriquecedor descubrimiento, que me ha permitido avanzar en mí, para poder acompañar desde la empatía y la comprensión a grupos en su desarrollo y crecimiento personal.

Como me comentó mi querida amiga Elena aquella tarde de café: lo que sucede conviene.