En ocasiones me cuesta distinguir la diferencia entre trabajo y disfrute. Acompaño a personas en el tránsito de sus dificultades que en ocasiones desembocan en sufrimiento, descubriendo las causas que lo origina, desde un abordaje terapéutico sobre lo que piensa, siente y hace para lograr una armonía integral. que les permita comprender, aceptar, integrar y cambiar.
Mi ejercicio profesional se ha convertido en una profesión apasionante para mí, donde el aprendizaje se muestra en ambas direcciones generando espacios muy nutritivos y enriquecedores.
Uno de los aprendizajes de mi práctica como psicóloga es el convencimiento de lo necesario y preciso que se hace el revisarme para poner la atención en aquello que requiere supervisar o sanar, para acompañar desde la honestidad y la empatía, dando coherencia a mi práctica. Es por ello que no debo ni quiero perder mi objetividad en el proceso de la práctica, y es por ello que para mi se hace necesario en ocasiones parar, para atenerme y así poder atender desde una mirada limpia y un corazón abierto. El autocuidado hace referencia al cuidado y cultivo de mí en el sentido amplio de la palabra, basado en nuestro propio autoconocimiento y teniendo en cuenta aspectos físicos y emocionales.
En mis procesos de supervisión es necesario ir de la mano de profesionales que me nutran, mi descubrimiento de Silvia M. Palenzuela de El Proceso como facilitadora de A Corazón Abierto, ha sido para mí todo un descubrimiento, para revisarme desde los tres centros que giran en torno a mi metodología de trabajo en consulta: centro intelectual (pienso), centro emocional (siento) y centro motor (hacer).
A través de la expresión danzada libre, la intensificación de la conciencia muscular, la contemplación, la memoria sensorial, la imaginación y la palabra consciente tiene lugar esta experiencia: A CORAZÓN ABIERTO_ACa
ACa me permite realizar un viaje de lo visible a lo invisible, de lo tangible a lo intangible, de mi pasado a mi presente, de la mano amable y la mirada compasiva de Silvia en su espacio el-proceso creado con tanto mimo y amor, para que sea un espacio de aprendizaje, de crecimiento, seguro y cargado de confianza, amor y energía.
Un espacio que me permite parar, observar, reencontrarme, para poder abrazar y acoger aquello que necesita atención en mí, y desde ese lugar acompañar desde la honestidad, la coherencia y la empatía, dando coherencia a mi práctica.
ACa es una herramienta extraordinaria que junto a mi FALDALA me muestra senderos fértiles donde sostenerme, para acompañarte desde una mirada limpia y un corazón abierto.
¡Gracias por darle vida Luchy López y Silvia M. Palenzuela!
Cuidándome, porque quiero acompañarte con la mejor calidad posible.